La Nelly Omar

La democracia trans

A 37 años de la recuperación de la democracia, una reflexión sobre los derechos adquiridos por el colectivo trans travesti y los que faltan. Paula Arraigada y Michelle Vargas Lobos, integrantes de La Nelly Omar, ofrecen una mirada sobre el lugar de las identidades travesti trans en la política del presente. Su relación con el feminismo, con su comunidad y con el pueblo.


BIOGRAFÍA

La Nelly Omar es un espacio de formación política con perspectiva de género. Su objetivo es construir poder popular.


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Voces desde los territorios: Agrupación La Nelly Omar

Extracto de la entrevista realizada por Julia Mengolini en el marco del Encuentro DEMOCRACIA, primera edición del Proyecto Ballena.

La Nelly Omar es una agrupación peronista e identitaria, un centro cultural, un punto de encuentro barrial. Tiene su sede en Parque Chacabuco y nace como una unidad básica. El nombre tiene todo un significado que habla de las convicciones y habla de la resistencia travesti trans. Nelly Omar, es un personaje de la cultura, militante peronista y silenciada durante 17 años desde el derrocamiento de Perón. La agrupación, desde su nombre destaca el lugar de la cultura como parte de la militancia y como un modo de hacer política. Dos referentes del espacio: Paula Arraigada y Michelle Vargas Lobo reflexionan sobre el lugar de las identidades travesti trans en la política del presente. Su relación con el feminismo, con su comunidad y con el pueblo.

PAULA ARRAIGADA: NO HAY DEMOCRACIA SIN TRAVESTIS Y TRANS 

Construir el poder popular significa justamente empoderar las bases, y ese es parte de nuestro trabajo en la Nelly Omar. Nosotras que somos parte de una población vulnerada, venimos a ejercer nuestros derechos políticos y, también, nuestros derechos como actoras en la vida social.  Nacimos, muchas de nosotras bajo gobiernos dictatoriales. Eso también ha traído aparejada la vida que tuvimos por nuestra elección identitaria. La democracia habla de la soberanía del pueblo y del derecho a elegir. Ese derecho a elegir, para nosotras, ha sido una condena, porque elegimos una definición identitaria que está fuera de la norma. El estado usó todas las fuerzas, desde las fuerzas de seguridad y todo el aparato judicial, para disciplinarnos. La democracia nos empieza a abrazar con plenitud, quizás, en el 2012, cuando un estado democrático reconoce nuestra identidad autopercibida. Hasta ese momento, nosotras éramos hijas de la nada. No teníamos nombre, no teníamos patria, no teníamos bandera. Recién a partir de 2012 adquirimos un primer derecho, que fue la puerta de muchos derechos que faltan. Ahí empezamos a sentir la primera brisa de la democracia en nuestros rostros, pero necesitamos muchísimo más, esos derechos plenos que marca la democracia.

Somos sobrevivientes y eternas luchadoras porque, además, si algo tenemos, es un folclor maravilloso donde la alegría, el optimismo y la esperanza siempre están como bandera. Pero esas necesidades están aún presentes. Necesitamos que haya pleno empleo para las compañeras. Sabemos que estamos en una época que es compleja, donde el trabajo es una materia de discusión porque estamos en plena pandemia y en un retroceso económico. Pero ese retroceso y esa pandemia son algo circunstancial. El problema laboral de las compañeras travestis/trans es algo que es permanente y que viene ya de larga data. Necesitamos que haya políticas públicas para que las compañeras puedan ingresar al mercado laboral formal. Y creemos, también, que eso tiene que ver con el acceso de muchas compañeras a los espacios de decisión. Porque entendemos que las compañeras, cuando estén en los lugares de decisión, seguramente van a tomar las medidas que correspondan y con la celeridad que corresponda. Evita siempre decía: donde hay una necesidad, nace un derecho. Nosotras tenemos esa misma necesidad y esa misma urgencia en tratar de resolverlo. Por eso somos peronistas, por eso entendemos el ser de Eva Perón y por eso nos significa tanto la imagen de Evita. Y creemos que, en ese acelerar de estas circunstancias en la resolución, también va a ser acompañado ese aceleramiento, en tanto y en cuanto, las compañeras travestis y trans estén insertas en los lugares de decisión. Tenemos, a lo largo del país, muchísimas compañeras que están preparadas para ocupar esos espacios, que democráticamente nos hemos ganado.

Estamos agrupadas sí, pero no es de ahora, es un modo de relacionarnos desde nuestra misma concepción y de nuestra definición identitaria. Por los años ‘70, ‘80 había pequeñas células donde había una referente, que era la tía que cuidaba al resto. Y eso también era un nucleamiento político, un nucleamiento con definiciones y que respondía a las urgencias de ese pequeño colectivo que no tenía una identidad partidaria, o una identidad social, pero sí la cumplía. La cumplía porque resolvía las necesidades que tenían esas compañeras. Lo que nosotras hemos hecho es multiplicarlo y, quizás, magnificarlo un poco más. En cuanto a lo de la militancia, yo te diría que algunas compañeras son comprometidas. La mayoría que viene al territorio es comprometida porque su necesidad la lleva a tener ese compromiso. Sobre todo, las que vivimos en un tiempo donde aún estábamos en democracia donde la policía y las fuerzas de seguridad, aún estando en democracia, nos perseguían como lobos feroces. Y no siempre cumplían con las normas democráticas, con el trato digno. En esos casos, muchas compañeras salíamos a defender a las otras. Y eso no es algo que haya pasado hace 30 años, hay que dar la vuelta a la esquina y todavía hay muchas provincias donde sigue pasando. También es cierto que ahora vemos la aparición de algunas compañeras trans que también necesitan el acceso a la política, y tal vez nos hubiera gustado que abrazaran nuestras causas, que abrazaran nuestra necesidad de denunciar el genocidio que se ha perpetrado sobre nuestras identidades. Identidades que tienen un promedio de vida de 35 años y que venimos batallando y gritando a lo largo de las últimas décadas y no hemos logrado que nos escuchen.

Han sido las compañeras como Michelle y otras compañeras de la Nelly Omar, como Martina, Celeste, compañeras que van organizando no solo a las trans, sino también a las compañeras cis y a los compañeros cis. Porque nosotras somos trans, pero además y, sobre todo, somos militantes partidarias. Por lo tanto, cuando pensamos, pensamos en el bien para nosotras, pero también pensamos para nuestro pueblo. Y en función de eso es que todos los días vamos tejiendo redes, como las que venimos tejiendo con Michelle, como venimos tejiendo con otras compañeras en otros puntos del país con las cuales vamos trabajando granito a granito, para que no solamente nuestras compañeras tengan una mejor vida, sino también nuestros compañeros y compañeras cis de los colectivos vulnerados, como las afro, las originarias, las gordas, las de baja talla, las emigrantes, las compañeras sordas, las ciegas. Todas esas compañeras que pertenecen a los mismos colectivos vulnerados que nosotras. Claro que la diferencia que tenemos con esas compañeras es que nosotras tenemos un promedio de vida mucho más corto, pero nos une de forma transversal la misma necesidad. Por eso, en la construcción del feminismo popular están presentes todas estas voluntades hermanadas con un fin común, que es construir ese poder popular, pero con perspectiva de género, donde también las feminidades estén en los espacios de decisión.

Nosotras hemos sido perseguidas a lo largo de mucho tiempo y todavía hay una parte de la sociedad que no nos comprende. Pero no nos comprende porque tiene miedo a algo, que a nosotras nos exuda, nos sale por los poros, por la sonrisa, por la alegría, que es la libertad. La libertad de decidir por nuestros cuerpos y la libertad de decidir sobre nuestros destinos. A pesar de todo eso que quisieron hacer sobre nuestros cuerpos y sobre nuestras decisiones, nosotras estamos hoy acá. A pesar de todo eso que nos quitaron, el derecho a estudiar, a progresar, a tener una vivienda digna, a pesar de todo eso nosotras hoy, las sin nombre, las sin bandera, las sin historia, les estamos peleando a los que tuvieron la posibilidad de estar en la academia, a los que tuvieron la posibilidad de criarse en un hogar, les estamos disputando los mismos espacios de poder. A pesar de todas esas falencias, mirá si no vamos a estar orgullosas de nosotras y de las que nos precedieron. Estamos orgullosas del camino de Mariela Muñoz, que ya en el año ‘65 estaba peleando por su derecho identitario, y en el año ‘97, cuando muchas andábamos preocupadas por si teníamos el pelo rizado o si ese sábado íbamos a tener un vestidito que nos quedara bien, ya Mariela Muñoz estaba pensando en la política y se presentaba como precandidata a intendenta de la ciudad Quilmes. Mirá si no vamos a estar orgullosas por las que nos precedieron. Mirá si no vamos a estar orgullosas de tantas compañeras que está ahí alrededor, como Carla Ojeda, compañera de Michelle, como otras tantas compañeras en todo nuestro territorio que todos los días levantan la bandera de nuestro colectivo. Para hacer un contexto, no hay nada que vaya a ocurrir de aquí en más que no contenga a las personas trans y travestis. Con esto que hablaba Michelle de hacer que la ESI no sea binaria y que empiece a hablar de otras identidades, también tenemos que hablar de la Ley Micaela, que habla de la violencia. Pero solamente habla de la violencia hacia las mujeres cis, no habla de la violencia que sufren las corporalidades trans. Esa es una modificación que habría que tratar de proyectar porque en muchas universidades, cuando se habla de la Ley Micaela y se habla del colectivo trans, se dan ejemplos de que como teníamos un nombre autopercibido como femenino después no pueden tratarnos como varones, y dan el ejemplo de que no nos pueden llamar Carlos. Esas cosas hay que cuidarlas porque, además, no son las cosas para enseñar. Se enseña desde otra forma y para que se enseñe desde otra forma, la ley tiene que estar escrita de forma clara. Muchas leyes que están escritas, que siempre han contenido la necesidad de las mujeres cis, necesitamos que ahora esos proyectos y leyes contengan, también, a las personas trans.

MICHELLE VARGAS LOBO: NO HAY FEMINISMO SIN TRAVESTIS Y TRANS

La verdad, particularmente, creo que el feminismo lo que ha hecho es potenciar nuestra lucha. Nosotras nos hemos subido a esa ola de poder feminista, donde se abrazan un montón de luchas sociales. Y creo que nosotras hemos subido a esa ola y hemos impuesto, también, nuestra presencia, porque no es que nos abrieron las puertas diciendo “vengan las identidades feminizadas, las travestis, las trans” sino que también fue un lugar donde tuvimos que batallar y tenemos que seguir batallando, porque todavía hay un sector que es bastante reacio a las identidades travestis/trans, porque son sectores biologicistas.

Pero sí creo que hemos sabido imponer nuestra agenda, hemos sabido ganar nuestro lugar dentro de los encuentros de las mujeres. Hoy en día, tenemos la posibilidad de tener talleres de identidades travesti/trans, que eso no estaba contemplado dentro de los encuentros de las mujeres. Y la verdad es que me parece que hemos podido capitalizar y aunar fuerzas con el movimiento feminista, que creo que es lo más importante. No caímos en esa banalidad de un montón de diferencias, que obviamente podemos tener. Las compañeras feministas abrazan la lucha de las travas y trans, y me parece que eso es muy importante. Nosotras entendemos que el feminismo sin las travas y sin las trans no es feminismo. El feminismo tiene que ser diverso, inclusivo, que abrace todas las identidades; si no, sería totalmente excluyente y sabemos que eso no va a llevar a ningún cambio, porque entendemos, como peronistas que somos, que la construcción se hace colectivamente. De ninguna manera se podría llegar a conquistar una lucha de manera individual. Por eso, nosotras hacemos alianzas, hacemos redes, articulamos, compartimos espacio, múltiples actividades y seguimos tejiendo porque creemos que esa es la manera de lograr las conquistas. Más allá de los polipartidarios que pueden existir, porque tenemos que compañeras son de diferentes sectores políticos, nosotras entendemos que lo trava excede eso. Y lo importante es que nosotras podamos llegar a consensos, y que las luchas que nos identifican como colectivo travesti/trans podamos abrazarlas entre todas y podamos batallarlas juntas, que es lo que venimos haciendo. Porque el gran marco legislativo que tenemos, ya sea derechos humanos, matrimonio igualitario, identidad de género, etc., no es una agenda que abrieron y dijeron “ay, vamos a hacer una ley”. No. Fue una lucha que tuvimos que imponer nosotras como colectivo, como personas vulneradas de la sociedad, que entendíamos que era el momento en el que nosotras teníamos que salir a la calle y teníamos que salir a batallar una ley. A partir de ahí, creo que como decía Paula, comenzó una época de democracia. Digo comenzó porque nosotras todavía estábamos en un proceso de democratización, estamos todavía luchando por generar políticas públicas, que tienen que ver con cambios estructurales como la vivienda, educación, justicia y trabajo formal. Todas esas luchas, todas esas conquistas van a venir, porque nosotras las vamos a conseguir, como venimos consiguiendo todo en los últimos tiempos, gracias a las compañeras que han allanado el camino y han dejado su vida por la militancia. Nosotras lo que venimos a hacer es seguir esta lucha que luego van a seguir otras compañeras. Y es lo que decía Paula, justamente, de dar herramientas y empoderar a las compañeras, porque eso es lo que tenemos que lograr. Y obviamente que esta lucha no va a ser sin el movimiento feminista.

Para mí, ser travesti es una cosa que digo con mucho orgullo. No siempre fue así, debo admitir, porque la sociedad nos hizo creer que ser travesti era lo peor que nos podría haber pasado durante muchísimos años y, hoy en día, se puede entender que ser travesti es una identidad, el ser travesti acá en Argentina, porque ser travesti en otro lado es una cuestión de risa o de burla, porque está mal configurada la concepción de ser travesti. Pero como nosotras no nos dejamos colonizar más de lo que nos han querido colonizar, hemos revertido el concepto de travesti. Ser travesti en Argentina es una cuestión de orgullo, de lucha, de perseverancia, de reivindicación de derechos. Y tiene que ver, más que nada, con una cuestión de posicionamiento político. Las personas que nos autopercibimos travestis lo hacemos a pesar de todo. Porque muchísimas veces, nos dicen: “no te autopercibas como travesti porque queda mal”. Pero la verdad es que no queda mal y, si a los oídos de la sociedad, decir que soy trava o travesti le trae a la memoria la policía, las drogas, la violencia y un montón de cuestiones relacionadas con nuestra vida, les queremos decir que sí, sociedad, eso es lo que nos ha pasado a lo largo de la historia, es a lo que la sociedad patriarcal, machista, binaria y eclesiástica nos ha arrojado históricamente. Pero yo, hoy, con orgullo llevo esta mochila. Hoy, con orgullo esta mochila la muestro. Con orgullo la voy a seguir llevando porque vamos a seguir abriendo caminos. No vamos a dejar que ninguna compañera más, ninguna trava, ninguna nena trans pase lo que pasamos nosotros. Nunca más. Porque nosotras también tuvimos una infancia, una adolescencia y nadie se pregunta qué nos pasó ni cómo la pasamos. Y la verdad es que eso también es parte de la historia. Nosotras no nacimos a los 15 años paradas en una esquina. No, sociedad, nosotras tenemos una historia, una infancia y tenemos una vida que nos han negado. Por eso quiero decir que es muy importante que se pueda aplicar la Ley de Educación Sexual Integral en todos los niveles educativos. Porque esa es la herramienta que tenemos para poder generar cambios culturales reales. Pero una ESI bien aplicada, con todas las diversidades y todas las identidades adentro. No queremos una ESI binaria, tradicional, ni una familia tradicional. Queremos que se hable de todas las identidades, de todas las personas y de todas las familias existentes. Para nosotras es fundamental eso. Para mí, es un orgullo enorme decir que soy travesti. Y si algo les hace ruido en el oído, les responderé que vayan a hacerse ver, como nos han dicho tantas veces a nosotras.

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