Centro de Estudiantes Manuel Belgrano

Educación y DDHH en pandemia

¿Cómo se transita un centro de estudiantes pandémico? Felipe Rojas y Camilo Miotti, del Centro de Estudiantes de la Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano de Córdoba, analizan el presente y del futuro de la militancia estudiantil.


BIOGRAFÍA

El Centro de Estudiantes Manuel Belgrano forma parte de la Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano, dependiente de la Universidad Nacional de Córdoba. Esta organización estudiantil representa a más de 1700 alumnxs y participa en Federaciones de Estudiantes y organizaciones de Derechos Humanos.


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Proyecto Ballena – Despertate Mundo

Centro de Estudiantes – Manuel Belgrano – Córdoba

JULIA MENGOLINI: Seguimos en Despertate Mundo, este ciclo de charlas con distintos colectivos de visitantes en el marco del Proyecto Ballena, en el Centro Cultural Kirchner. Un ciclo en el que nos proponemos indagar un poquito en distintos colectivos militantes, en qué consiste su militancia, cómo se organizan, sus objetivos. En definitiva, cuáles son sus sueños de cambiar el mundo, porque creo que todo se trata un poquito de eso. Ahora me toca saludar a Felipe Rojas y a Camilo Miotti, que son presidente y vicepresidente del centro de estudiantes Manuel Belgrano, que forma parte de la Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano, que es dependiente de la Universidad Nacional de Córdoba. Un centro de estudiantes que representa a más de 1700 alumnos y, además, participa de federaciones de estudiantes y organizaciones de Derechos Humanos. 

Lo primero que quiero preguntar es si tuvieran que explicarle, no digamos a Feinman porque no vamos a arrancar tan arriba, pero digamos a un oyente de Feinman, tomándolo a él como símbolo de la antipolítica, ¿por qué es importante la política estudiantil, o por qué lo hacen ustedes? 

FELIPE ROJAS: Armar un proyecto de centro de estudiantes y pensar cómo es que se conforma como un espacio de inclusión es un proceso larguísimo, como ya sabemos. Evidentemente, no se puede quedar en lo que es una gestión de un centro de estudiantes, sino que es un trabajo progresivo. Yo creo que uno de los puntos principales al pensar en por qué la política estudiantil es importante, por qué un centro de estudiantes es tan imprescindible para nuestros pasos en la vida política, es porque básicamente nosotros lo vemos y buscamos que se conciba como un instrumento de formación. Un proyecto que sea un instrumento, pero que a la vez nos permita pensar lo que es un proyecto político que perdure en el tiempo, que garantice la participación y la formación política del estudiantado, lo que son la nueva articulación de buenos proyectos en el amplio movimiento estudiantil, porque si hay una realidad que hay que entender para ver a un centro de estudiantes, es que no solamente su accionar está limitado a las paredes de una propia institución, sino que el trabajo en red, el trabajo en conjunto en un colectivo muy amplio es importante para poder empezar a pensar cómo es que cada punto de una propia provincia, un municipio de estudiantes, puede ir generando una red política, una red estudiantil que vaya accionando con el fin de poder garantizar que el estudiantado se forme, que el estudiantado sea representado en las discusiones que tenemos diariamente., que el estudiantado sea, sobre todo, escuchado en lo que sabemos que se conforma como la agenda de debate y, en ese sentido, es entender la política estudiantil como una herramienta transformadora, habitada desde la pluralidad, habitada desde la democracia, por supuesto, por y para los pibes y las pibas de todos los sectores sin hacer distinciones. Justamente, es promover una participación e inclusión desde un rol innegablemente político, como lo es un estudiante. Creo que es simbolizar y también materializar la presencia como jóvenes. Nos da voz, nos mueve a los debates que pueden ser dentro de una propia institución, pero también se trata de incluirse, como se trató históricamente, en la integración de nuestras voces en la agenda, que no necesariamente estamos incluidos habitualmente. O en la necesidad de seguir articulando, justamente, para elaborar lo que podemos llamar la función crítica de todo esto, cómo es que se plasma una opinión, un debate que genera la juventud en contraposición con un núcleo, tal vez muy cerrado, de conceptualizaciones que puede generar un sector de la sociedad. Entonces, en este sentido, es mirar las diferentes perspectivas. Y la exposición, también, de nuevos mecanismos de funcionamiento: cómo es que la militancia se va reinventando y cómo es que, como jóvenes, cada vez se nos van abriendo más las puertas a los debates, insisto fuertemente en esto, que no solamente se trata de una institución, en el centro de estudiantes se conforma un movimiento amplio como Juventudes y también en la vida de sociedad, en el ámbito político, en las discusiones del día a día. Y creo que eso es un punto importante, que podamos llegar a plantear que un centro de estudiantes de la política estudiantil es tan imprescindible en nuestra vida. 

J.M: Ahora, Felipe, vos me lo contestaste a mí, no al oyente de Feinman. Quiero ver si Camilo es capaz de hacer ese ejercicio. Pensá que estás hablando con un señor que realmente aborrece que los estudiantes militen en el secundario y que, además, es de un pensamiento más o menos simple. 

CAMILO MIOTTI: Sí, podría hacer una explicación. Va a ser simple. Por ahí, llevarlo al lado de la política, justo en este caso, no juega tanto porque hay una confusión bastante grande, pero premeditada también. El centro de estudiantes se configura como el espacio en el cual transitan jóvenes que al fin y al cabo empiezan a ejercer plenamente su ciudadanía. Ejercer la ciudadanía y el respeto, digamos. Es un espacio plural donde nos desarrollamos en comunidad. Más allá de ser un espacio sumamente político, eso también, es un lugar donde te encontrás con gente, con compañeros, compañeras, compañeres. Yo se lo dejaría un poco más simple porque tampoco voy a gastar todas las balas en eso. 

J.M: Dejemos un poco a ese personaje ficticio de lado y pongámonos a hablar entonces de política, ¿cuál es el sentido de un centro de estudiantes? Un poquito eso me lo contestaron, en definitiva, me parece que el primer objetivo es más bien gremial, ¿no? Se trata de un gremio de estudiantes, en dónde se defienden los intereses gremiales, el precio de las fotocopias, el precio del comedor, me lo imagino así. Pero entre nosotros, sabemos bien que hay algunos objetivos que van más allá de lo gremial, ¿qué lugar ocupa lo gremial y qué lugar ocupa aquello otro? 

C.M: Hablando de algo más gremial, tenemos que aclarar que somos un colegio sumamente privilegiado. Tenemos accesos mucho más fáciles en comparación al resto de nuestro compañeres, donde hay una brecha que muchas veces duele. Las fotocopias, por ejemplo, no las pagamos, están incluidas en la cuota mensual que es sumamente baja y el comedor es sumamente barato. Entonces, nosotros también nos vemos un poco en estas cuestiones, pero también comprendemos que hay compañeros que no están en esa misma situación. A partir de eso, nosotros nos comprendemos como gremio en defensa de los intereses y de los derechos de les pibes. Hacemos esa cuestión política y esa cuestión participativa dentro de la comunidad, pero también, lo que es fundamental, vamos hacia afuera con ese trabajo territorial. Porque, como decía hace un rato Feli, el centro de estudiantes dentro de las cuatro paredes de la escuela tiene que estar conectado con el barrio, conectado con los diferentes espacios que se habitan. Entonces, se busca esa transición política de poder implementar y tocar todas las aristas que se puedan. Cuando uno habla de gremio, sindicato, me parece que también está mal comprendido, adrede muchas veces, y algunas tareas que se pueden llegar a hacer, pero me parece que más que nada tiene que comprenderse y trabajarse como si estuviésemos hablando de un movimiento estudiantil que empieza y se nuclea, principalmente, como centro de estudiantes dentro de la comunidad educativa de tal o cual institución, pero que, al fin y al cabo, está organizada con sus compañeres, con otros centros de estudiantes y sigue construyendo, sigue defendiendo los derechos en comunidad educativa a nivel más grande. Entonces, ese es el trabajo puntilloso que se hace todos los días. 

F.R: Yo creo que, en gran parte, el sentido también es poder generar lo que hablamos de pluralizar la voz y la participación, sobre todo, tomando el caso particular de nuestra institución. Contamos en el ingreso con chiques desde 10 años hasta 20 en una misma institución. Entonces, me parece bastante interesante pensar cómo es un estudiante, que representa a un número tan grande de personas, a un número también tan distante, en el sentido de diferentes realidades que pasan los jóvenes día a día. Me parece que el centro de estudiantes lo que busca, dependiendo obviamente de cada gestión, es generar ese trabajo para poder dar una perspectiva de que tenemos un alumnado que actualmente es representado, se está facultado en representar públicamente a los alumnos y alumnas del colegio; pero que también tiene el compromiso de generar ese ida y vuelta, la función crítica de poder entender en qué sociedad estamos viviendo y, sobre todo, a qué esferas estamos perteneciendo. Creo que eso es un ejercicio muy grande que trata el centro de estudiantes en este sentido de poder generar integración. Esa formación para las juventudes. Ya sabemos que la vida facultativa es muy diferente a la secundaria, en ese sentido es ver cómo es que los diferentes colectivos van integrándose y van viendo cómo pueden transitar un camino y de cuáles barreras tienen que estar alertas, para luego, poder actuar en el momento cuando se deba. En la ciudad de Córdoba, particularmente, es muy fuerte porque la Universidad tiene una operación un poco compleja respecto a cómo antes se pluralizan las voces allí y cómo es que efectivamente se toma la política como un elemento sustancial. Pero creo que es eso, por lo menos en nuestro caso, en una mirada también como colegio preuniversitario que es de formación. Creo que esa integración es, sobre todo, poder entender que estamos uno al lado del otro, pertenecemos a la misma comunidad, tenemos intereses en común y otros no, pero al fin y al cabo somos estudiantes, somos jóvenes que hay cuestiones transversales que creo que tienen que ser discutidas y, en ese sentido, es que pluralizando la voz, pluralizando justamente este sentido de pertenencia, es que va a generar que un centro de estudiantes realmente sea comprendido por parte del estudiantado que no participa activamente en él, como su representación, como su espacio. 

JM: Recién hablaban de cómo el centro de estudiantes, en realidad, trasciende las cuatro paredes, si se quiere, de la institución y cómo se articula con otros espacios y demás. Les pregunto si, hacia adentro, ustedes tienen muchas discusiones respecto a la política nacional, si tienen que posicionarse respecto de cada una de las discusiones o si son kirchneristas, no son kirchneristas. Yo me puedo imaginar que toda esa discusión debe ser tremenda hacia adentro, ¿hasta dónde es necesaria? y ¿cómo se lleva adelante? 

  1. M: Estamos constantemente debatiendo este tipo de cosas, porque sabemos que muchas veces y, sobre todo en la agenda educativa, son cuestiones que nos repercuten directamente. Por nuestra condición de estudiantes, también por nuestra condición de jóvenes, pero también por nuestra condición de estar en dependencia de una Universidad Nacional. Entonces sí, estamos constantemente debatiendo esta cuestión, estamos constantemente debatiendo los programas en diferentes mesas, en diferentes federaciones. Ahora, yendo más a lo interno, también nos los damos, es nuestro objetivo poder generar esos criterios y esas posiciones críticas propias. A partir de la discusión que nosotros demos, de los temas que nos son relevantes, que nosotros mismos decidamos que nos sean relevantes. Acá nadie nos viene a imponer temas para tratar ni nada. Nosotros, por nuestro estatuto, no estamos facultados para poder estar afiliados a ningún partido.  Nuestros proyectos como gestiones como movimiento estudiantil nos son mucho más trascendentales y es mucho más importante poder llevar una línea política, más que partidaria. Es verdad que nosotros discutimos y sabemos, por nuestros propios medios, identificar cuándo una política pública nos favorece o no nos favorece como unidad o como particulares, pero eso no nos condiciona a estar hablando o estar dando debates partidarios. Nosotros pensamos muy profundamente que es mucho más valioso poder dar esos debates hablando entre compañeres de política, más que algo partidario. Entonces nos configuramos ese modo. Y en sentido, también somos programáticos, utilizamos todas las herramientas que tenemos a nuestra disposición para poder generar esos debates, asambleas, delegados, comisiones, etcétera. Si hay que sacar un documento, nos organizamos y los sacamos. Si hay que crear una comisión para redactar alguna cuestión, la hacemos y lo difundimos. Evidentemente, hoy por hoy, nos vemos mucho más limitados por lo que es la virtualidad. En términos de llegada, sabíamos que el humor general estaba un poco más retrotraído, en el sentido de que hay mucho más cansancio, pero bueno, el trabajo sigue. Los medios los vamos amoldando un poco a la situación en la que estamos viviendo. 

F.R: Yo quiero hacer una muy breve aclaración. Hablamos ahí de que la acción y la participación no están determinadas por una organización partidaria, pero justamente, y esto fue uno de los puntos claves que estuvimos respondiendo en varios medios de comunicación, no necesariamente por no estar alineado a un partido quiere decir que no se forme para que cada persona pueda elegir. El accionar y la participación no están determinados, pero se garantiza reunir todos los instrumentos necesarios para que, como venimos diciendo, por el tránsito a la vida política, cada individuo de la comunidad pueda pensar y ejercer la ciudadanía como un elemento sustancial de la vida en democracia. En este sentido, es entender que tal vez no necesariamente estamos alineados a un partido político, por ejemplo, desde un centro de estudiantes., pero eso no quiere decir que la formación no esté para que yo, por ejemplo, el día de mañana pueda decir “yo estoy en el centro de estudiantes Manuel Belgrano, pero a la vez estoy militando y formo parte de tal partido o de tal organización” En este sentido, esos son conceptos que muchas veces los medios tratan de cambiar, de fusionar lo partidario y lo político. O decir que, porque no tenés representación partidaria, no vas a permitir que otros jóvenes puedan formarse, o que incluso nosotros, como jóvenes, no podemos formarnos para participar de partidos políticos. Porque esas también son decisiones individuales y se tiene que garantizar esta formación para que puedan decidir sobre eso. Entonces, en ese sentido es que muchas veces terminan fusionando conceptos que necesitan una vuelta, necesitan entenderse tanto en las cuestiones formales, como mencionaba Cami sobre los estatutos, pero también el proyecto de poder generar esa formación.

J.M: De alguna manera me están diciendo que el centro de estudiantes no forma parte, orgánicamente, de un espacio político nacional, o ni siquiera del partido político, tampoco provincial, sino que es un centro de estudiantes independiente, pero eso no quiere decir que no tengan posicionamientos políticos individualmente, también todas las personas que forman parte del centro de estudiantes y que además, muchas personas que militan en el centro de estudiantes, tal vez militan en otros espacios que sí pertenecen, tal vez, a lo que están alineados más claramente a otros proyectos políticos. 

Entremos en los debates que ustedes recién me contaban muy por arriba, que tienen que ver con una suerte de polémica a partir de una nota. ¿O varias notas? No lo sé, que se publicaron. No quiero mencionar ni el medio ni el periodista, porque me parece que no vale la pena, pero era una nota que recogía la polémica que se planteó a partir de que la ministra de educación porteña, Soledad Acuña, habló del adoctrinamiento, entre varias otras barbaridades, y en esa misma nota, ustedes por algún motivo también la ligaron, ¿no? y salieron a responder muy fuertemente. ¿Ustedes por qué quisieron responder, en qué lugar se sintieron tan agraviados, cuál fue la polémica, si me la pueden contar un poco? 

  1. M: Bueno, justamente nace de esa confusión y de ese desinterés de poder generar esa conexión íntima entre político y partidario. En particular nos dice que somos un centro alineado al oficialismo, porque estamos participando acá. Básicamente eso, sobre otras barbaridades que dicen, pero bueno, nos vemos en la necesidad, otra vez, de tener que salir como jóvenes, como movimiento estudiantil, a repudiar estos hechos que vienen a marcar de nuevo esa imposición de que les jóvenes adolecemos de conocimiento, que jugamos a la política o que no sabemos nada. También se esconde en eso una estructura educativa súper rígida y súper autoritaria, en la que se establecen posiciones jerárquicas entre docente y estudiante, en el cual se plantean cuestiones de causa consecuencia de que el docente adoctrina, entonces los pibes son unos adoctrinados. Lo cual, pensado en un sistema educativo, es una visión muy cerrada. Entonces, nosotros venimos a repudiar este hecho para dejar de seguir ratificando este periodismo de odio. Porque los argumentos están todos decididos desde el odio. Es volver a posicionarnos y volver a seguir presionando para que, como juventud, nos den el lugar que a nosotres, históricamente, nos ha sido negado. Es volver a plantarnos, a decir cuáles son las banderas que nosotros realmente levantamos. Y que no nos vuelvan a menospreciar, que no vuelvan a pensar que somos menos porque somos más pendejos, no sé cuáles serán sus argumentos realmente. La respuesta también hace poder traer este debate que fue traído de una manera bastante vergonzosa, coherencia, respeto y sobre todo buenos argumentos. Lo voy a decir así porque los argumentos que se traen son bastante tirados de los pelos. Ya nos han querido pisotear el sistema educativo, entonces es algo que se viene dando. No es que particularmente lo estamos haciendo nosotros, sino que nos estamos sumando a una ola enorme de la Juventud comprometida políticamente a decir basta. Porque nosotros merecemos un lugar, merecemos poder participar de la agenda. Porque lo que se discute, muchas veces, es el futuro. Y nosotros construimos el presente, pero también hacemos el futuro. No nos quieren dar el derecho a voz a nosotros y eso me parece bastante flojo, bastante vago, entonces, si en esa agenda política no empezamos por las buenas a poder plantar nuestros discursos a poder participar íntegramente, el movimiento estudiantil organizado va a empezar también a empujar hacia ese lado indefinidamente. Entonces es plantear esta cuestión con la seriedad que merece

F.R: Yo creo que uno de los puntos centrales es que una nota, una vez más, un medio de comunicación hace un ataque directo a la formación educativa, a la construcción política, a la militancia docente. Todos fueron atacados duramente en ese artículo y, una vez más, se despliega un discurso de despolitización, de exclusión, y lo que podemos llegar a entender como vinculaciones erróneas, de lo que es el accionar de un centro de estudiantes o la concepción de cómo es que tenemos un sistema educativo integral. Creo que, en este punto y escuchando ayer la exposición de la compañera Ofelia Fernández acá, creo que uno de los puntos que ella mencionó fue muy interesante, que es el de dar el foco en la propulsión de estos debates para que se conviertan en definiciones, en fortalecer la democracia constructiva y crítica. Es, nuevamente, poder salir con organismos de Derechos Humanos como lo hicimos nosotres. Incluso los medios de comunicación que abrieron las puertas para el repudio y la visualización de estos hechos para así poder generar un poco más de sentido de qué es lo que se está atacando. Uno no puede llegar a cambiar la posición del periodista y del canal como venimos mencionando, pero al final también, ¿quiénes son les receptores de eso? Ese padre o madre que va a decir que su hijo no tiene que formarse políticamente en la escuela, que va a hacer educación y no política. Esos son algunos argumentos del adoctrinamiento. Entendiendo que fue un ataque directo a nuestra participación en este espacio y poder conformar una articulación, de nuevo, un diálogo que invite a que la militancia estudiantil sea escuchada, que la juventud sea parte de la agenda. Es desplegar un discurso para decir que las juventudes al final no merecen la participación que están teniendo. Entonces, en este sentido es que podemos llegar a entender que se conforman como un discurso de odio. Además, las mismas facultades de la Universidad fueron atacadas en ese mismo artículo. Y creo que ese fue uno de los puntos centrales para salir con el repudio, con la conformación de la red estudiantiles que salieron a repudiar, las diferentes facultades de diferentes puntos del país e incluso los espacios en defensa de los derechos humanos, como lo es la mesa de trabajo por los derechos humanos de Córdoba. 

J.M: Bueno, yo no lo quería nombrar al autor del artículo, porque me parece que estaría contentísimo de que lo nombraremos, así que no lo voy a hacer. Pero sí me parece que el artículo fue una muy buena excusa para remarcar un montón de cosas que está bueno repasar una y otra vez. Cosas que a veces se dan por sentadas, pero cuando te cae un artículo como estos es una buena excusa para repasar algunas ideas. Me gustó la idea de lo que decía Camilo, algo así como que para ser adoctrinados tenemos que ser una suerte de sujetos pasivos, unos bobos, ¿no? porque donde hay adoctrina miento quiere decir que está el adoctrinable. Y el adoctrinable no tiene herramientas como para pensar por sí mismo. Y quiero rescatar también algo desde este comunicado que contesta el famoso artículo que habla del centro de estudiantes como el primer acercamiento de la vida democrática y como un espacio de construcción desde juventudes críticas. Me parece que ahí hay una clave también. Bueno, nosotros construimos juntos críticas para que no me adoctrinen o tal vez voy a estar de acuerdo con aquellos que me estén planteando. Pero esto de “formarnos como como sujetos críticos” me parece que es algo muy interesante del planteo de ustedes. Y esto me da lugar a lo siguiente, que quiero preguntar, es qué quieren ser cuando sean grandes, porque los veo militantes secundarios y me imagino que ustedes ya están pensando en un futuro, ¿no?

F.R: Exactamente, bueno, por mi lado creo que este año fue intenso dentro de nuestro centro de estudiantes, por el Nunca Más, la memoria y justicia. Tuvimos un paso muy fuerte en articulación con diferentes espacios. Con eso y con lo que personalmente vengo pisando en esta vida, quiero continuar defendiendo contra este tipo de violencia. No sé si tirar algo puntual, como que quiero estudiar derecho o no, pero es eso, es continuar con esta formación. Es poder llegar a estos espacios para defender a quienes sabemos que, lamentablemente, por diferentes causas, por diferentes escenarios, no están teniendo presencia en la escena, están detrás de un telón y creo que, por supuesto que la juventud está dentro de una de esas, pero yo insisto, con lo que fue el otro paso, por supuesto, por la memoria la verdad y la justicia en muchísimos aspectos para poder plantear qué es lo que quiero a futuro. 

C.M: Sí, igual por mi parte, la militancia me signó demasiado a mi gusto, me quedo conforme. Me ha abierto muchos caminos y muchas formas de ver y de pensar la matriz en la que nosotros nos desarrollamos. Pero bueno, soy un poco más hippie, y diré que la vida me vaya llevando por donde tenga que ser. Lo único que sé es que quiero estudiar Ciencias Políticas y hasta ahí tengo. Yo estoy seguro de que mi paso por la vida va a estar signado de compromiso, de militancia, de seguridad, de construir comunidad. 

J.M: Bueno, menos mal, les agradezco por ese futuro. Vamos a abrir a las preguntas del público que nos están llegando, nos preguntan si nos pueden contar sobre la intervención de la Iglesia en la educación, sobre todo la ESI en Córdoba. ¿Hay algo para contar sobre eso? 

F.R: Una de las aclaraciones particulares es de nuevo remarcar el lugar en el que estamos posicionados para decir estas cuestiones. Afortunadamente, podemos tener en nuestra escuela un espacio propio de Educación Sexual Integral que se adapte transversalmente a una currícula. Por el momento, yo personalmente, no se mucho a qué apuntar con eso porque no tuve la experiencia de ver cómo es en una currícula escolar ese planteo transversal, por ejemplo, de lo que puede ser una institución religiosa. Pero creo que es importante en ese sentido, seguir remarcando que tiene que haber una especie de quiebre dentro de lo que son los programas de la Educación Sexual Integral que venga a posicionarse ya que hay muchas cuestiones, muchos debates, muchas formas de cuerpos, formas de vernos de forma, de poder dialogar entre nosotros y entender cómo es que nos construimos como sujeto político. Creo que necesitan una mirada, y creo que todas estamos convencidos y convencidas de eso. Hay que ir apuntando a que los propios programas de Educación Sexual Integral sean transversales para criticar otras cuestiones, por ejemplo, en las currículas, tanto puede ser de historia como en la propia ciencia para entender cómo se desarrollan.

C.M: Iba decir nada más que, por ahí, en el contexto de virtualidad, la Educación Sexual Integral no se vio tan marcada en las currículas. Es algo que está en proceso de ser transversal a todas las materias y está empezando a hacer un proceso para que sea transversal a toda la vida en desarrollo, tanto de secundaria, universitaria, etcétera. También hay que tener una visión más integral y ver hasta qué punto cuando la ley menciona la posibilidad de poder readaptar ciertos contenidos, plantearse hasta qué punto puede ser eso, una bajada de línea un poco más clara, un poco más en contraposición, es lo que propone la ley.

JM: ¿Cómo fue el tránsito por la pandemia? ¿Cómo afectó la militancia cotidiana en el funcionamiento del centro de estudiantes? 

F.R: Esto es un poco amplio porque hubo muchos aspectos que tuvimos que ver este año, entre ellos, como perspectivas estructurales. Por un lado, es verlo en términos de “la reorganización académica”, una nueva escuela, los efectos de cómo es esa demanda del estudiantado, esos intereses, esas complicaciones, ese transcurso del día a día por el colegio. Al final, el centro de estudiantes tiene que pensar en nuevas herramientas, tienen que pensar vías de acceso para atender y poder trabajar sobre el estudiantado. Y, sobre todo, es muy interesante plantear esto de estar con el estudiantado. Porque la virtualidad, respondiendo un poco a la cuestión de si aumentó o disminuyó la participación, nosotros tenemos un trabajo en el colegio muy grande y es muy difícil poder estar realmente. Sentir que tenés a alguien del otro lado escuchando y resaltando lo que estás diciendo y lo que estás tratando de proponer o atender, cuando obviamente el contexto no está permitiendo eso. Me parece que, en términos de funcionamiento, fue muy importante ver cuál es el contexto que está transitando la educación para que nosotros podamos desarrollarnos, que efectivamente se estuvo motorizando, gubernamentalmente hablando. Y quiénes están quedando afuera y en qué condiciones. Nosotros lo podemos ver dentro de nuestra institución, como también fuera. Fue un proceso en el que el centro de estudiantes tuvo que ver, en retrospectiva, el arrastre y cómo quedó en el quiebre que tuvo el sistema de educación en estos años. Coincidimos en que se estuvieron resaltando muchas desigualdades en ese sentido. El escenario del centro se multiplicó muchísimo, es una actualización constante a la agenda que nos habíamos propuesto como gestión, es reorganizar las prioridades, entendiendo que hay nuevas demandas y hay nuevas cuestiones que atender. Y la militancia, para que efectivamente pueda cumplirse, tuvo que pasar por un montón de procesos, de comprender dónde nos estamos preparando y para quienes vamos a estar trabajando. Podríamos hablar de cómo se fueron conformando las diferentes áreas, las diferentes asambleas dentro de nuestra propia institución, de los términos de conformación y de cómo se cumple efectivamente con lo que puede llegar a ser un estatuto del centro de estudiantes que no contemplaba una situación de emergencia. Entonces, es necesario todo lo que es administrativo y de entender cómo es el funcionamiento plasmado y oficializado. Muchas veces se vio cambiado, era como una tensión en saber cómo se podía accionar un centro con un estatuto que no estaba contemplando el escenario, cómo es que nos íbamos a mover. Fue pensar en una proyección para afuera mucho mayor, eso sí, sin dudas. El centro de estudiantes en el diálogo con espacios fue con toda, fue ponerle la espalda al accionar en un contexto agravado, creo que es reforzar esta idea de poder apuntar a una real articulación y, en ese sentido, materialización de los aportes que podemos hacer para el fortalecimiento de la militancia estudiantil, pero también puntualizar en la solidaridad. Creo que eso fue uno de los puntos trascendentales frente a cómo íbamos a pensar este año la militancia estudiantil. Y era ver cómo podíamos poner en balance en territorio la condición de privilegio que puede llegar a tener la escuela Manuel Belgrano comparado con la accesibilidad que tienen otras personas y otros actores a los debates, a la visibilización, a la representación pública, como podemos estar teniendo nosotros en este momento, hablando acá. Es pensar también en los centros de estudiantes y en los sectores de la sociedad que no están pasando por las mismas situaciones y, en ese sentido, en clave de solidaridad, creo que se puede llegar a plantear uno de los cambios trascendentales que hubo a la hora pensar en cómo vamos a accionar y cómo nos vamos a proyectar como centro de estudiantes. 

J.M: Muy bien, chicos, les quiero agradecer muchísimo la participación en este ciclo de entrevistas con colectivos militantes. Felipe y Camilo, del centro de estudiantes Manuel Belgrano de Córdoba. Muchísimas gracias por esta conversación. Y que siga así de brillante el futuro.

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