Entrevista al dúo artístico Lolo y Lauti:

Arte, en el sentido más bobo de la palabra

¿Son los memes artefactos de arte contemporáneo? ¿Es posible crear libremente mientras se compite en el mercado? ¿Por qué lxs artistas no pueden hablar de dinero?: son algunas de las preguntas que responde la dupla mientras prepara Adaptación Libre, el destaller de artes visuales que darán durante el mes de julio en Proyecto Ballena.

Por Antonia Kon


La obra de Lolo y Lauti, la dupla de artistas y performers que llevan más de diez años trabajando juntos, aborda una serie de formatos como la ópera, el videoarte, las instalaciones, el teatro. Pero sería injusto limitarnos a definir a Lolo y Lauti como un dúo de artistas contemporáneos: con el correr de los años se han construído como personajes clave de la mitología porteña, tías y curadoras de una generación de artistas y performers queer, investigadores minuciosos de la historia y el legado de las vedettes argentinas, referentes del humor y la irreverencia. Tan consolidados como dúo que parece imposible pensar en uno sin el otro, Lolo y Lauti son simultáneamente memes y estrellas de una ciudad que parece estar dialogando con ellos todo el tiempo.

Con cascos de realidad virtual incrustados en sus cabezas, Lolo y Lauti simulan tener sexo en medio de la feria multitudinaria de ArteBA, bajo las miradas azoradas del público, en una performance que llamaron iSexy. Un par de años después, en esa misma feria, visten a un grupo de performers de amarillo y los dejan durmiendo sobre el piso, transformados en las papas fritas que acompañan al un huevo frito enorme que les sirve de manta entre mimos, patadas y bostezos. Carmen, por otro lado, es la película que filmaron como reversión de la ópera de Bizet, con un elenco de drags queens y mujeres trans de la escena local panameña. En El Mundo del Espectáculo, un tributo a las búsquedas interminables de Youtube y a las mostras de la televisión argentina basado en el texto La Sociedad del Espectáculo de Guy Debord, cualquier persona que pase por la muestra puede convertirse en la mismísima Mirtha Legrand sentada en su mesa de invitados. En otro pasillo, casi como una bomba de tiempo en color rojo neón, un contador en tiempo real muestra la cantidad de followers de Instagram que acumula Mirko, el reluciente bebé rubio del conductor Marley.

Mientras se preparan para Adaptación Libre, el destaller de artes visuales que darán durante el mes de Julio en el Centro Cultural Kirchner, Lolo y Lauti conversan con Proyecto Ballena. 

¿Qué es la libertad para Lolo y Lauti?

Lolo: Nuestro taller se llama Adaptación Libre, porque la operación principal en lo que hacemos es robar de un medio y adaptarlo a otro. Y justamente nosotros somos dos personas que estudiaron cine y que no hacen cine, porque el arte nos ofrece una gran libertad. 

Lauti: En el cine vos tenés una idea, y con esa idea no haces nada. Tenés que escribir un guión, conseguir una productora o un productor, mandar ese guión a fondos, conseguir esa plata, inversores, hacer el casting, asistente de dirección, el transporte, la luz… Después editarlo, el sonido. El arte tiene una inmediatez. Hacer cine es una cosa engorrosísima, tenés que dedicar años a un proyecto, a una sola cosa. En cambio, a nosotros lo que nos sedujo fue la inmediatez del arte. Es mucho más libre.

Lolo: La industria del espectáculo, en general, es una industria  llena de limitaciones.  A diferencia del arte contemporáneo, o del arte más abstractamente hablando, que es un terreno en el cual podés hacer lo que quieras. Nosotros robamos un  montón de cosas que tienen copyright, que en el contexto del espectáculo sería un problema pero en el contexto del arte no pasa nada, porque estás citando cosas, convirtiendo esa cosa en otro medio. El arte también tiene eso, el valor de las ideas es muy liberador para el que lo hace y también para el que lo consume.

¿Hasta qué punto libera y hasta qué punto no lo hace?

Lauti: Cuanto más libre es el artista a la hora de trabajar, cuanto más lo hace porque tiene esas ganas ahora, una obsesión del momento, unas ganas de ver algo concretado, en lugar de hacerlo porque es un encargo o porque quiere vender, es cuando más valor tiene la obra. 

Lolo: En el caso de nosotros y de nuestra obra, también, hay una libertad de compartir ambos lo que nos gusta. Tenemos esas ganas de compartir lo que nos gusta exaltándolo, o convirtiéndolo en una obra de arte, en el sentido más tonto de la palabra: en un monumento a nuestro fandom. 

Lauti: Lo del artista libre es re cliché, pero si lo pensás termina siendo la manera de separar al artista de otros oficios. Un diseñador gráfico es un artista, sí, pero cuando tu cliente dice “haceme el logo más grande”, perdés esa libertad. 

¿Esa creatividad de la que hablan es compatible con el mercado?

Lolo: Sí, porque hay algo con lo nuevo y lo original que se busca eternamente y que nunca se termina de completar el ciclo. Siempre hay cosas nuevas que aparecen en simultáneo. Entonces el mercado, obviamente, es un sistema terrible, pero a la larga hay siempre una búsqueda por la novedad y eso también es comercial.

Lauti: Mirá lo que pasó con los NFT… esos monos solo los vendés porque son una novedad. Vos ves dos obras de un mismo artista y te das cuenta de cuál es la que sale de un interés real y cuál es más funcional al mercado, por ejemplo. 

¿Y se puede hablar de plata con artistas?

Lolo: En la etiqueta de las galerías y del mundo del arte no. Los artistas son ángeles que no manejan dinero, como testigos de Jehová. La idea es que si estás en una galería, por ejemplo, no sabés los precios de tus obras. Que igual es verdad, porque a veces no sabés los precios de tus obras exactamente, sabés a cuanto fueron vendidas, pero no sabés si subieron o bajaron.  

Lauti: Pero igual ahora, hoy por hoy, hay todo un movimiento de artistas autoconvocades que se armaron el tarifario, y eso es hablar de plata, porque es un trabajo. Supongo que sí es algo que hay que hacer y que se está haciendo ahora. 

¿A ustedes les sirvió el paso por instancias de formación académicas y por instituciones? ¿O piensan que les sirvió más la tele y Youtube por ejemplo?

Lolo: La respuesta es la tele y Youtube, cien por ciento. Y los cómics, y todo el tiempo perdido de la infancia y la adolescencia, y los veintes, nos siguen dando ideas. Formalmente tenemos muy poca educación a nivel arte. Estudiamos cine, que si bien obviamente es un arte, está fuera de eso.

Lauti: Que igual tiene lo suyo, porque yo, por mí mismo, jamás me hubiera puesto a estudiar semiótica, entonces sí te aporta un marco.

Lolo: Nosotros hacemos video y obviamente todas las herramientas las aprendimos habiendo estudiado cine, pero después, a nivel art school o a nivel formación de arte, no estudiamos nada. Y cuando empezamos solíamos no quedar en ningún programa de artistas, ni en nada a lo que aplicábamos. 

¿Se consideran productores de memes? 

Lolo: Sí, obvio, de hecho tenemos un par de  memes reales: en el sentido de que obras nuestras fueron reapropiadas como memes sin ningún tipo de link a nuestra autoría. iSexy, la que hicimos de realidad virtual…

Lauti: En Rusia, en un programa tipo Saturday Night Live, hicieron un sketch de esa obra. Hay dos tipos haciendo lo mismo que nosotros y muestran que en realidad están jugando a un videojuego de guerra.

Lolo: Basado en el meme, basado en la obra. Que también es un círculo que se cierra, porque nuestras obras también están basadas en memes, en ese tipo de artefacto cultural. Me Huevo Loca, el huevo frito que hicimos en ArteBA también es otro meme, porque hay un montón de gente que conoce la obra y no tiene ni idea de quién es, ni de que es una obra de arte en una feria. Es un orgullo hacer este tipo de cosas, que ocurra eso con la obra es lo más espectacular. 

¿Es posible marcar una diferencia entre el meme y la obra?

Lolo: Es el contexto, la obra originalmente nunca es planteada como meme en principio, porque justamente se convierte en meme por esa reacción del público que lo consume.

Lauti: No pensamos en hacer un meme pero no tenemos ningún problema en que lo sea.

Lolo: ¡De hecho es el mejor halago! Que eso se convierta en un meme, o en una manera de llamar algo, o de ver algo. Cuando hicimos el huevo frito, hubo un revuelo, entre comillas, en Facebook y en otras redes, unos memes en relación a que eso que se veía no era arte. 

Lauti: Artistas Ni Ni: que ni pintan ni esculpen

Lolo: De hecho eso es un término de Mitologías, de Roland Barthes, eso de Ni Ni, una cosa  muy graciosamente anticuada. Es como la historia del arte de los trolls de Twitter, un fascículo maravilloso de cultura. Obviamente, si vos querés pensar que el arte es pintar con un pincel excelente, está buenísimo. Pero en todo caso son tecnologías que no nos interpelan. 

Hace poco también las cancelaron en el instagram del Malba

Lauti: MALBA tiene una muestra sobre un matrimonio que hizo su primera muestra juntos, Vida Venturosa. Ellos llaman a parejas de artistas para que hagan un video, esa es la apuesta.  Y  entonces hicimos un video que es una entrevista falsa de Susana Gimenez a nosotras. Los comentarios eran casi todos favorables pero otros decían lo de siempre, que no es arte.

¿Tuvieron muchas experiencias de este estilo? 

Lauti: En el 2017 hicimos una ópera contemporánea en el Colón, Perfect Life, nos llamaron para que nosotros hiciéramos la puesta en escena de esa ópera de Robert Ashley, un estadounidense. Y un diario nos puso una sola estrella, decía: esto no es una ópera. Eso a nosotras nos trae sin cuidado la verdad.

Lolo: También es obvio que nuestra historia en el mundo del arte es medio paracaidista a ese nivel. Nosotras aparecimos desde otro lugar, básicamente. Es entendible también ese tipo de reacciones, y no pasa nada, no nos hieren porque justamente no pensamos en nosotros como unos artistas en la punta de la montaña, genios creativos conectando con lo sublime. 

¿En qué se diferencia el taller que van a dar en el CCK de otras instancias de formación? ¿En qué les gustaría que se diferencie?

Lolo: Por suerte nos han llamado para hacer varios talleres y cosas de este estilo, y lo que nos pasaba es que todo lo que hacíamos a ese nivel siempre era sobre la colaboración, o dábamos talleres sobre cosas más específicas como el videoarte o la performance. En este caso queríamos que también fuera un taller para nosotros. Que fuera un taller que a nosotros nos gustaría tomar. Jugar con distintas piezas mediáticas y convertirlas en otro medio, que es lo que hacemos normalmente nosotros en nuestro trabajo. Básicamente queríamos que, en relación a lo que ya veníamos haciendo, se diferenciara de eso, y fuera todo un gran juego. 

Lauti: No pensamos tanto en “¿qué taller podemos dar?” si no en “¿qué taller nos gustaría recibir?”.

 

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